La principal innovación que ha traído Ethereum ante Bitcoin es la idea del smart contract (contrato inteligente). Los smart contracts son conjuntos de instrucciones que permiten a los desarrolladores crear aplicaciones novedosas e interesantes encima de la base blockchain. Esto es un avance comparado con el diseño de la red Bitcoin, la cual solamente permite la realización de transacciones financieras de un usuario a otro en su red.
Los smart contracts son una especie de cuenta en el blockchain Ethereum. Esto significa que tienen un saldo y pueden enviar transacciones a través de la red. Sin embargo, no son directamente controlados por un usuario, sino publicados para funcionar independientemente en la red por los mismos que los han programado. Los usuarios pueden interactuar con los smart contracts enviando transacciones que provoquen los efectos deseados en el contrato.
Quizá la mayor ventaja de los smart contracts es su ejecución automática sin necesidad de intermediarios. Esto es la cima de la naturaleza transparente y trustless (que no requiere confianza) de la red blockchain subyacente. Anteriormente, cuando los consumidores tenían que interactuar con las instituciones financieras o empresas, tenían que confiar en su reputación como entidades que conducen sus negocios de forma honorable. Los smart contracts, por otro lado, son totalmente open-source (abiertos al escrutinio) para cualquiera que pueda acceder a la red pública (y por ello, transparentes). También, ejecutan su código de forma automática, sin tener que confiar en intermediarios ni gestores (y por eso, trustless).