El mayor propósito de los mercados centralizados es que todos los pedidos se dirigen a una sola entidad central, sin ningún validador ni autoridad que compita. En los mercados centralizados, los precios de las mercancías mostrados en la bolsa son los únicos precios disponibles al público. La Bolsa de Nueva York es un buen ejemplo de un mercado centralizado. Todos los bids (pedidos de compra) se transmiten a una bolsa donde son emparejados de manera adecuada con un ask (pedido de venta).
La mayoría de las plataformas centralizadas tiene una latencia más baja y como consecuencia pueden ejecutar pedidos más rápido que las plataformas descentralizadas, pero la desventaja obvia es la privacidad; se requiere que los usuarios aporten su identidad para poder comerciar. No obstante, las plataformas descentralizadas son cada vez más sofisticadas y están rápidamente cerrando la brecha en eficiencia.